Creo que debemos leer y entender con atención las palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador de esta mañana en su conferencia matutina, en la que declinó opinar sobre la renovación de la dirigencia de Morena.
Y en su declinación a opinar terminó opinando: “ya que se pongan de acuerdo”, dijo.
Digo que debemos poner atención a su sugerencia, porque precisamente éste ha sido el llamado que todo el fin de semana diversas voces dentro de Morena hemos expresado.
Vamos a ponernos de acuerdo. Pero “ponerse de acuerdo” no puede significar que el que ganó dos veces decline a favor del que quedó en segundo lugar dos veces.
En este caso, “ponerse de acuerdo” debe ser que se reconozca, por el bien del movimiento, a quien ha ganado.
El argumento de las pocas décimas de diferencia es endeble, por decir lo menos.
Veamos: en la primera encuesta, la de reconocimiento, Porfirio Muñoz Ledo quedó en primer lugar con un abrumador 41.7, mientras que Mario Delgado obtuvo 27.1 por ciento. Esto es 14.6 por ciento de diferencia.
Si leyéramos sólo la segunda encuesta, podrían alegar algún margen de error, pero si leemos las dos juntas está clara la preferencia de la gente.
Mario Delgado tiene en sus manos la oportunidad de hacer un servicio a Morena y evitar una tercera encuesta, como pretende el INE, que prolongará la incertidumbre entre las y los militantes de nuestro partido.
Hoy lunes, el INE anunciará -escribo esto cuando no lo ha hecho- el cronograma de una tercera encuesta innecesaria, desgastante, costosa -la pagamos mexicanas y mexicanos- y que al final, estoy seguro, ganará nuevamente Porfirio.
Sin embargo, consejeros del INE ya han dicho en entrevistas, esta mañana, que el proceso tardará ¡otros doce días!
Mario Delgado debe saber que es de demócratas reconocer el triunfo ajeno. Yo mismo, hasta el sábado al mediodía, apoyé a otra candidata, a la que considero capaz, honesta, comprometida y valiosa. Pero no puedo evitar reconocer que así es esto y que ganó Porfirio a la buena.
Mario Delgado y sus seguidoras y seguidores -compañeras y compañeros respetables y valiosos- harían bien en recordar que en tiempos normales, la renovación de nuestra dirigencia sería un asunto únicamente de morenistas.
Pero en época electoral y con la enorme cuota de preferencias que tiene Morena en las encuestas, nuestros opositores están pendientes y se frotan las manos esperando a que haya un rompimiento entre nosotras y nosotros.
Conforme se acerca el día de la elección, más se convencen de que la desunión de Morena es su única oportunidad de poder ganar algo, porque están desesperados y a la pepena de lo que puedan. Dejémoslos con las ganas.
Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.